Muchas veces las personas que acuden a consulta se impacientan (incluso antes de empezar) y hacen esta pregunta.
La mente no ocupa un lugar específico en el cuerpo, digamos que lo más cercano a ubicarla topográficamente sería el cerebro, pero incluso si tomáramos esto como certeza, no podríamos acceder a ella sin tener la debida precaución.
Toma tiempo que la persona confíe en el tratamiento, confíe en el analista, entienda que su mundo inconsciente es más rico y nutrido de lo que sabe y aún más que se atreva a adentrarse en sus profundidades para luego regresar a su cotidianidad con ese saber.
Si te quedas lo suficiente en el camino de conocerte, con certeza llegarás algún lado.